martes, 26 de agosto de 2014

AMOR INEFABLE



Cómo podría expresarte mi amor sin enturbiarlo con palabras inadecuadas. Este inefable amor que no se define con un gesto, ni con un abrazo, que no se puede expandir desde mí hacia ti porque los cuerpos nos lo impiden, este amor que viaja entre mundos, que se filtra entre los obstáculos que nuestra mente nos impone, este amor que no entiende de distancias, ni de tiempos, ni de identidades, ni de sufrimientos…

Sólo mostrándote mi alma entera, mi infinita conciencia que ilumina esta pequeña existencia, fractal de mi realidad completa, alcanzarías a saber un poco lo que es amarte, sólo si mirases más allá de lo que ves, elevándote por encima de ese hombre que eres, siendo ese dios que nació encarnado en ese cuerpo de humano, conocerías la profundidad del amor que se extiende desde mí hacia ti y que de ti vuelve, regresa en una expresión incrementada eternamente, en un flujo inacabable de doradas estelas de refulgente luz que nos envuelve, que cobija a dos universos unidos en amor divino, amor cósmico que estalla en un éxtasis de placer que nos delata…

Decir “te amo” no es suficiente, es reducir a la fuente creadora en dos palabras insignificantes, pero si las pronuncio al contemplarte, vaciando mi alma desde tus ojos hasta tu mundo, entregándome sin miedo al paraíso de tus besos ocultos, de tus deseos no saciados, abrazada a tu existencia con todas mis fuerzas, entrelazada a tu mirada con mis piernas, con mis brazos, con mi espíritu, con mi alma, con la clemencia del amante que se rinde a lo que siente, con la luz de lo que soy emulsionada en tu fragancia, aroma de alma, de hombre, de ser, de dios etéreo que también hasta mí viajas… sólo entonces hago algo de justicia a lo que emana hacia ti mi corazón de diosa enamorada…



Cómo no amarte, cómo no adorarte, cómo no admirarte, si eres la estrella que late como fuego fulgente en mis entrañas, en mi pecho, en el intenso ser que soy en los mundos donde habito, siendo mis venas, mi sangre, mi brillo radiante que luego emerge en tu cuerpo y en el océano de tu esencia divina y fulgurante…

Cómo no darme…cómo no darte… si entretejidos con los hilos de la luz que nos une, la creación del amor eclosiona como un volcán de llamas sagradas que se funden y que estallan desde la esfera de pasión que nos envuelve, hacia el todo, para ser amor en cada partícula de cualquier universo que se nos presente…

Si un día tocas este amor que se me pierde, que se destapa, que te persigue y juega al escondite mientras tú te escapas, sabrás que has encontrado tu universo oculto en otro cuerpo esperando a que seas capaz de verlo y amarlo sin que tu mente lo juzgue, o lo considere indigno de entrar en tu alma…

Y si eso ocurre, abre las puertas porque eres tú quien me llama, es tu voz la que en sueños me busca y me reclama, es mi alma la que llega para que puedas dormir sin preguntarte dónde está lo que anhelabas…

En mi regazo de amor inefable se halla la ternura que te acaricia cuando estás solo  y en calma, esperando a que un día te desnudes de los dogmas de la cárcel que aprisiona a tu alma, del pasado que te hiere con las cadenas que te atrapan, de la mentira que ciega tu hermosa y noble mirada, detrás de tu fingida mirada…

Arael Línley

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