jueves, 4 de diciembre de 2014

TRASPASAR EL MIEDO

Mundo imperfecto
de falsas justicias,
bosques de yedra,
mentes desbordantes
de dispares entresijos,
de necedades inciertas,
noches de ósculos inertes
que en la mañana despiertan,
confuso silencio de acertijos,
temores que se acrecentan...

En el influjo de sus destrezas
inmersa en su prosa,
traspaso la cima
de la mentira inocua,
me visto de alma,
me antojo sedienta
de la verdad prófuga,
descalza de cordura,
colmada de tristeza,
buscando la manera
de hallar lo que murmura
un ángel que se posa
en la arista de mis penas...

Me pregunto...
¿Quién es este cuerpo
que me acoge
y me alimenta?

En el paso del camino
que se pierde cuando
el miedo se desprende
desmayando su vestido,
como velos, como hilos,
amanece la evidencia
de lo que estaba dormido.

Y me pregunto quiénes somos,
y por qué el miedo es nuestro
mejor amigo...

Una respuesta tenaz
acarica mis pensamientos...



Cuando el teatro social
del personaje falso,
se te presenta voraz
y reconoces tu reflejo,
ya estás dando un gran paso.

Y es entonces el momento,
de ser sólo lo que eres,
despojado de creencias,
de dogmas, de dominios,
de tus yoes infieles
que obstruían tu destino,
para ser un ser completo
libre de la demencia
de un mundo que vive ajeno
del amor que, con clemencia,
siempre fue nuestro sustento,
pues con él nos erigimos...

La verdad no es lo que vemos,
sino lo que en nuestro ser
amamos, somos y percibimos,
no es lo que inventamos,
sino la creación de lo divino
que se halla en el corazón
que está más allá de
lo que siempre creímos...

Sé tú el primero en convertirte
en la mejor versión de ti mismo...
Sé tú la paz, el amor, el prodigio,
sé la verdad, la esperanza,
sé tú el edén, el vestigio
de un paraíso naciente,
de un ser humano distinto...


Arael Líntley.
Eva Bailón B.

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