Ella,
nostalgia embellecida,
esclava
del deseo, del anhelo,
bendita
alma que se eleva
bebiendo
amor en su vuelo,
saltando
cumbres vencida,
naciendo
en mundos tierna
como
pétalo hecho atuendo
que la
viste y la cautiva,
como
lágrima de cristal
que se
clava en el misterio
que en
su interior musita
la
canción de su deidad,
el
deleite de lo acontecido,
amargo
y dulce en la cita
de una
insólita verdad
que no
se ajusta a su ritmo,
que no
es verso, ni rima,
que no
parece realidad
en ese
mundo que transita...
Ella,
música de fragancias
desmayadas
en su vida,
notas
de besos que resuenan
en un
piano de elegancias
que
abruman y que inspiran,
calma
que danza en la escuela
de su
maestría interna,
miedo
que muere y conspira
para
no perder su poder,
para
ser el dolor y la pena
que la
mantengan dormida,
en el
lecho de del no saber,
en la
ignorancia más plena,
mas
fuerte y decidida
se
erige y se transmuta
para
ser la luna llena,
sin
carencia, sin desdicha,
sin
dolencia, sin disputa...
Ella,
es poema y partitura...
es
amor y es conquista,
es la
luz del faro azul
que
enamora a la oscura
sombra
que la visita,
es el
sol que alumbra
y
amanece en la quietud
de su
infinita aurora...
Sólo la aman los que no lloran,
porque al amarla perdonan,
sólo perdonan los que la aman,
pues del amor sólo hay honra,
sólo las almas la adoran,
porque los egos ignoran,
y sólo un hombre la añora,
pues sólo su esencia la nombra...
Eva
Bailón B
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