domingo, 4 de octubre de 2015

AMOR DE ALMAS


¿Lo escuchas? ¿Lo sientes? Es el sonido de la lluvia que nos devuelve a nuestro primer encuentro, en un otoño cualquiera, bañados por nuestras miradas, perdidos por nuestros sentidos, atados en nuestros temores, con sus finos e invisibles hilos.

Y una canción nos deleitaba, se entrelazaba a nuestros pensamientos, buscando la forma de atraparnos en el deseo, por encima de la magia que estábamos sintiendo.



Tu pecho ardía y el mío le acompañaba, como ahora, ¿lo ves, amor mío?, nada ha cambiado, todo este amor que emana mi alma vive más allá de lo que yo vivo, es y existe para ti, aunque la distancia nos desdibuje la sonrisa, aunque no pueda acariciar tu cabello ni obsevarte dormido, aunque tus ojos miren con amor el cuerpo de otro amor en un deseo concedido.

¿Que por qué te amo sin haberte conocido? ¿Que por qué te conozco sin haberte tenido? Tú ya sabes la respuesta, ser de besos aturdidos, es tu corazón la morada de mi alma que en tu respiración se respira, es mi cuerpo el hogar de tu esencia que me busca cuando se entrega en la aventura de hallarme entre los brazos de lo que confundes con el amor eterno.

Mas tú entiendes, ser que vuelas como el viento, que te cuelas en mis sueños para regalarme el alimento de la esperanza que a veces pierdo y olvido, que sin ser amantes en este mundo en que nacimos, aún recuerdo aquel día en que bailamos juntos la canción que de tus labios se desmaya entre los tiempos más remotos y más esquivos, y el silencio enternecido, nos une en su regazo para que dancemos como siempre quisimos, y con cada partícula que crea lo que somos como seres vivos, nos amamos, nos fundimos...


Es por eso que ahora mismo te contemplo, y entre tus gotas de aire embebecido por la sensación de diluirnos como ráfagas de amor trenzadas desde lo más profundo de lo que somos y fuimos, soy la diosa que se eleva en tus gemidos, soy la niebla que despierta tus sentidos, soy el agua, soy el vino, soy la amante que te ama en el lecho de tu noche aunque no estés conmigo, soy de tu cuerpo cada sonrisa, cada latido, soy de tu alma cada respuesta, cada escalón ascendido, soy tu poema, y tú mi poeta en mi teclado escondido, soy lo que sueñas y tú mi sueño más temido, porque amar así tal vez no pueda ser en este lugar tan áspero y tan mezquino...

Aun así, mi querido amante de energías y soles, de lunas y estrellas, de versos y refugios en los que nadie osa entrar salvo tú y yo cuando allí nos conocimos, si te encuentro en el mismo sitio en el que yo transito, si el universo me regala el privilegio de mirarte también con tu traje de hombre nacido, entonces, mi vida, mi todo, mi cielo, mi querido ser dulce al que todos los días percibo, nos amaremos, y en nuestro océano profundo y antiguo, nos tocaremos el alma, y como siempre te digo, allí nuestros corazones serán uno en un amor siempre sentido...

Arael Elämä...

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