domingo, 17 de enero de 2016

AL DESPERTAR


Hoy al despertar, el sol de tu sonrisa ha iluminado mi rostro, bañándolo de tu dulzura, de tu infinita osadía de amar a esta persona que soy, esta mujer envuelta en su crisálida, mutando un día y otro, sedienta de ser esencia pura vestida de humanidad, abrazada mientras tanto a tu cálida mirada, que me recuerda que la vida junto a tu presencia es la bendición más sublime que recibo cuando abro mis ojos cada mañana.

Hoy al despertar, tu mano ha rociado con su aroma a la piel que recubre a esta persona que yo encarno, viajando entre mis deseos, dibujando en ella mis sueños, borrando así todos mis miedos, calmando la angustia de mis desconciertos, bebiendo después con tus labios las dudas que todavía en mi ego vivo y siento, y he sabido que amarte es lo que enciende mi pecho y me eleva hasta alcanzar dimensiones y espacios que todavía en mis memorias recuerdo.



Hoy al despertar, mi cabello se ha enredado con tu cuerpo, y atravesando los muros de mi inconsciencia, has derrotado a los monstruos que construye mi torpeza, aquellos que se me cuelan por las grietas de lo que aún no he logrado trascender y superar, y que tú doblegas tan sólo con rodearme con tus brazos para transmitirme lo que siempre me susurras, que soy fuerte, que soy Ser, que cualquier barrera que yo vea no es más que una ilusión que yo misma me impongo cuando temo progresar.

Hoy al despertar, se han fundido nuestras almas, nuestros seres, nuestra divinindad, y mi personaje humano, que te ama, que te ama impune, voraz, se ha perdido en tu energía vigorosa y ha sentido expandirse su conciencia hasta lo interminable, lo inalcanzable, lo indescriptible, para morir en la pasión más celestial y soberana, amor de encuentros en todos los lugares donde nacemos y no nacemos, amor de fractales de nuestros seres que en muchos mundos nos encuentra para volver a despertarnos juntos cada alborada.

Y es que contigo me elevo, contigo me entiendo, contigo he nacido mil veces y mil veces he muerto, contigo me hallo y me reconozco en tus besos, contigo percibo quién soy cuando te observo, contigo me duermo y contigo, amor eterno que existes siempre en el núcleo de lo que soy como ser etéreo, contigo, contigo me desnudo de lo que no soy y me despierto...

Arael E. Araham.

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