No
estoy inspirada, tal vez porque hoy no he visto mi reflejo en tus
pupilas, o porque la brisa del verano se me escapa y de nuevo tú te
alejas con el suspiro de mi alma compungida, derramada en lágrimas
por la tristeza que se me cuela entre sus grietas escondidas, que
todavía subyacen dentro de mí dolientes como profundas heridas.
No
estoy inspirada, y los árboles cantan para que sonría, las nubes
danzan dibujando tu cuerpo y el mío, unidos, envueltos en el azul
que decora su escenario, y el pequeño viento silva nuestra música
para que te sienta conmigo sin que eso me duela, para que te recuerde
toda mi vida.
No
estoy inspirada, la poesía se ha dormido en tus manos y se ha
escapado contigo, para viajar en tu pecho tranquilo y cubrirte de
besos, de caricias, porque ella es parte de mí misma, y tú sabes
que, si te alejas, esa parte de mí se pierde en tu horizonte para
amarte mientras yo no te alcance y no te siga.
No
estoy inspirada, lo lamento, mi querida musa, no vengas a buscarme,
que hoy me siento confusa, perdida, y tu belleza hoy es sólo una
intrusa que me castiga, que me devuelve al recuerdo de su ausencia, y
me lastima, por eso, ves a reunirte con él, para que me escriba
poemas, para que la magia se enrede en sus sueños en ese mundo
onírico y se acuerde de que yo sigo aquí, viviendo sin su sonrisa.
No
estoy inspirada, tal vez porque hoy no me he fundido en tus labios, o
porque el otoño me avisa de que se acaban los días en los que
esperaba tu regreso, y ahora, vestida de tu dulce sabor eterno, sólo
confío, confío en que el universo nos acompañe y nos descubra por
fin el uno al otro, entre estrofas de líricas palabras y melodías
de amor perpetuo...
Arael
Elama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario